Malteada de Estrellas
- hola, ¿què tomas?
Él levantò la mirada y la examinò por un mommento antes de contestar:
-Malteada de estrellas.
- ¿Malteada de estrellas?, nunca he probado una, ¿a que sabe?
-Sabe dulce, con chispas ácidas que truenan en tu boca.
El le tendió la mano con la malteada, ella se sentò a su lado tomando el vaso para darle un sorbo.
-Está rica, aunque es una sensación extraña. ¿Cómo convertiste las estrellas en malteada?
-Con una pistola especial para convertir en malteada las estrellas.
- ¿Y cómo conseguiste esa pistola?
- ¿Ves esa montaña? es un volcàn extinto, en su última erupción expulsó muchas herramientas de la civilización que vivía antes en sus entrañas.
Ella dio un respoingo:
- ¿En las entrañas de un volcán? Vaya que debieron ser muy avanzados.
Él asintió. Ambos contemplaban el sol, que se escondía en el horizonte tiñendo las nubes de rojo y permitindo a las estrellas brillar con débiles tintineos. Las aves sobrevolaban el lago bajo el risco y el viento hacía rozarse a las hojas.
-Es un paisaje hermoso- Dijo ella rompiendo el silencio. Él la observó largamente, con sus profundos ojos verdes; le conmovían su suave semblante y su actitud casi infantil, -En verdad que lo es.
Sin decir nada más transcurrió el atardecer. La noche los sorprendió sin que sus miradas se volvieran a encontrar. Extraños animales nocturnos los acechaban y el nerviosismo se apoderaba de él.
-Abrázame.- dijo acurrucándose entre los brazos de ella, sus pequeños brazos.
El viento gélido golpeaba sus rostros y hacía estremecerse a la floresta. De pronto, un silencio sepulcral; las estrellas aparecieron sobre sus cabezas para llenarlos de luz y disipar los miedos.
-Tengo muy seca la boca- dijo ella, y bebió hasta le última gota de malteada de estrellas. Él quiso saborearla y se inclinó para unir sus labios a los de ella, fusionando sus fantasías, conquistando sus miedos, construyendo una ilusión.